Una neuróloga revela lo que hace cada día para mantener su cerebro joven sin importar la edad
La neuróloga Lara V. Marcuse tiene claro que si quiere un cerebro sano en la vejez toca ejercitarlo antes. El dicho dice si no lo usas lo pierdes. La ciencia lo avala.
Retar a tu mente y ponerla a trabajar a diario es un consejo básico de los especialistas cuando se trata de salud cerebral, pero en general la gente deja de aprender o de exponerse a nuevo conocimiento una vez se hace adulto.
Se da por sentado que con los años este órgano pierde eficacia. Entre los 30 y 40 el pensamiento se estabiliza y después comienza a disminuir. El ritmo se acelera a partir de los 60 años. Ciertos problemas de memoria con la edad son vistos como normales e incluso esperables.
Algunos neurólogos en cambio plantean la idea de que la disminución del rendimiento cognitivo puede estar más relacionada con la falta de estímulos constantes que con una condición biologíca.
Aprende algo nuevo y complicado
Es quizá por ello que Marcuso, codirectora del Programa de Epilepsia Mount Sinai de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, asegura que lo único que hace todos los días para mantener su cerebro sano es aprender una nueva habilidad.
«Empecé a tocar el piano cuando tenía 40 años«, revela en Self. Comenzó hace 7 años por casualidad, cuando su hijo se inició en el instrumento. “Soy una chica de club de la ciudad de Nueva York de los años 80. Crecí con una dieta constante de música house y nunca me gustó la clásica”. Por lo que admite que de primeras le resultó difícil entender las canciones.
Practicar un pasatiempo nuevo y algo complejo obliga al cerebro a ejercitar vías neuronales nuevas o poco utilizadas, lo que puede prevenir el deterioro cognitivo. Un estudio de 2021 detectó que tocar un instrumento además de ser gratificante, mejora la plasticidad cerebral, es decir la capacidd de tu cerebro de adaptarse a factores externos o internos.
Pero no tiene que ser música si no te motiva. Según Marcuse, puedes ser cualquier actividad que sea lo suficientemente interesante para no abandonar. «Tiene que ser algo un poco nuevo y un poco difícil«, añade .
Un estudio de 2022 encontró que la práctica de un pasatiempo disminuye los síntomas depresivos y mejora la salud, felicidad y satisfacción con la vida en mayores de 65 años. “Cualquier tarea que nos haga estar más atento, hace que se fortalezcan las capacidades cognitivas”, expresó previamente la Dra. Teresa Moreno, neuróloga y miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
No dejes de aprender
El reputado neurocientífico Richard Restak es uno de los que piensa que una capacidad cognitiva mermada no es algo natural del proceso de envejecer.
Según el profesor de la escuela de Medicina y Salud del Hospital Universitario George Washington (EEUU), con décadas de experiencia tratando a pacientes con problemas de memoria, este declive es evitable o al menos se puede ralentizar. El experto subraya que para ello es necesario hacer ejercicios todos los días y asegurarse de entrenar la memoria para prevenir problemas que puedan surgir más adelante. Sirven cosas tan sencillas como leer ficción, memorizar recetas o llegar a tu destino sin mirar el GPS.
Prueba sorprendente de los beneficios que puede conllevar seguir aprendiendo con los años es un estudio publicado en The Journal of Gerontology el pasado año. Tan solo 3 meses de aprendizaje mejoró la memoria y la atención de los participantes de manera tan drástica que sus habilidades cognitivas llegaron a parecerse a las de adultos 30 años más jóvenes al final del programa.
Los 33 adultos de entre 58 y 86 años fueron asignados a 3 clases diferentes. Se reunían cada semana durante 2 horas para aprender 3 habilidades distintas. Las opciones del curso incluyeron canto, dibujo, uso de iPad, fotografía, aprendizaje de un idioma y composición musical.
En un seguimiento posterior, las investigadoras descubrieron que los participantes habían mejorado aún más: sus capacidades cognitivas después de un año eran similares a las de los adultos 50 años más jóvenes.
«Todavía estamos investigando por qué las puntuaciones cognitivas continuaron aumentando después de finalizar el programa, pero una posibilidad es que la experiencia animó a estos adultos a continuar aprendiendo y practicando nuevas habilidades en la vida diaria«, apuntan las autoras de la investigación en Scientific American.
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