Un estilo de vida saludable puede contrarrestar la mala genética y añadir 5 años extra de vida
Se sabe que llevar un estilo de vida más o menos saludable puede ser una vía para reducir el riesgo de enfermedades serias. «Cuidarse» se ha relacionado con menor probabilidades de cáncer, demencia o problemas de corazón.
No obstante en esto y otros muchos planos de la salud la lotería de la genética tiene mucho que decir. Es por ejemplo un pilar en los supercentenarios, que explica en buena parte su extensa longevidad. ¿Pero si no se ha sido agraciado en el sorteo, hasta qué punto un estilo de vida saludable puede contrarrestar la genética?
Un estudio reciente, publicado en la revista BMJ Evidence-Based Medicine ha buscado responder a esta pregunta. Los hallazgos de varios estudios a largo plazo analizados sugieren que un estilo de vida saludable podría compensar el riesgo hereditario en un 62% y añadir hasta 5 años de vida.
En el estudio participaron 353.742 personas de ascendencia europea del Biobanco de Reino Unido. Fueron reclutados entre 2006 y 2010 y seguidos hasta 2021.
Se le clasificó en función de su riesgo poligénico, una forma de evaluar el riesgo de desarrollar una enfermedad, en grande, medio o corto. De manera similar se clasificó su estilo de vida saludable, que valoró no fumar en ese periodo, consumo moderado de alcohol, actividad física regular, forma corporal saludable, duración adecuada del sueño y dieta saludable.
Los individuos genéticamente predispuestos a una vida corta tenían un índice de riesgo de mortalidad 1,2 mayor que el de los individuos con mayor longevidad. Las personas con estilos de vida desfavorables tenían un riesgo de mortalidad 1,8 veces mayor que aquellos con hábitos más saludables. Las personas con menor longevidad y estilos de vida desfavorables tenían 2,0 veces más tasa de mortalidad que aquellos con mayor longevidad y estilos de vida favorables.
Los hábitos para una vida más larga
De acuerdo a los resultados, quienes por genética se asociaban a una vida más larga y seguían estilos de vida favorables tenían una esperanza de vida de 53 años a los 40 años, en comparación con los 46 años de aquellos con propensiones genéticas a una esperanza corta y estilos de vida desfavorables.
No obstante, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang en China y la Universidad de Edimburgo encontraron que adoptar hábitos saludables puede llevar a las personas a modificar estas cifras. El riesgo genético de una vida más corta o una muerte prematura puede compensarse en un 62% con un estilo de vida favorable.
«Los participantes con alto riesgo genético podrían prolongar aproximadamente 5,22 años de esperanza de vida a los 40 años con un estilo de vida favorable”, escribieron los autores. La “combinación óptima de estilo de vida” para una vida más larga conllevó “no haber fumado, actividad física regular, duración adecuada del sueño y dieta saludable”.
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