Tengo 90 años y sigo trabajando: estas son los secretos que me han ayudado a lograrlo
Tengo 90 años y sigo trabajando a tiempo completo en el negocio familiar, una tienda de relojes de cuco llamada Omeo Clocks and Glass. Me encanta conocer gente y atender el comercio. Creo firmemente que a medida que uno envejece, siempre que se esté lo bastante sano, es mucho mejor dedicarse a algo. Una vez que te sientas a mi edad, todo se acaba.
La familia de mi marido fue pionera en Omeo, Australia, donde vivimos. Es un pueblo pequeño que tenía una población de 411 personas en el censo de 2021.
Mi trabajo me mantiene ocupada
Mi hija Deb y su marido construyeron la primera sección de nuestra tienda original, la Omeo German Cuckoo Clock Shop. Sin embargo, Omeo era demasiado tranquila para una pareja joven, así que siguieron adelante y yo me hice cargo. Llevaba 26 años trabajando en la tienda original.
Mientras tanto, mi marido, nuestro hijo y yo compramos otro negocio, Omeo Rural and Hardware Supplies. Mi marido, Tony, que tiene 88 años, sigue trabajando en la ferretería y conduce nuestro camión todos los días.
Después de 26 años, vendí el edificio original donde estaba nuestra tienda. Cuando mi hija volvió a la ciudad durante la pandemia, yo no estaba disfrutando mucho de la jubilación, así que ella y su socio acabaron reabriendo la tienda de relojes de cuco en un nuevo local más pequeño, en el que yo he estado trabajando los últimos tres años.
De mi trabajo, lo que más me gusta es conocer gente. Además, tenemos existencias interesantes. Vendemos adornos de Navidad y relojes de cuco, que son absolutamente únicos.
Suelo trabajar desde las 10 de la mañana a las 4 y media o 5 de la tarde. Hago de todo en la tienda, y mi perra, Ivy, una mezcla de maltés y Shih Tzu, me hace compañía. También paso el tiempo lavando los paños de cocina de la panadería de nuestra familia, que está un poco más abajo.
No bebo ni fumo, y me mantengo físicamente activa
Creo que la longevidad depende en gran medida de la genética, pero hay dos cosas que nunca he hecho: beber alcohol ni fumar. Cuando crecí, mis padres tenían bares y vivíamos en el mismo sitio, así que a los 17 años ya había visto a suficiente gente beber como para que me durara toda la vida. No me interesaba en absoluto.
También creo que es importante mantenerse activo. SI diriges un negocio como este, pasas poco tiempo sentada. Eso sí, en la otra tienda daba aún más pasos porque tenía que subir un tramo de escaleras.
Seguimos viviendo solos
Tony y yo seguimos viviendo juntos de forma independiente en nuestra propia casa. Tengo una cena caliente en la mesa todas las noches cuando él llega a casa después del trabajo.
Nuestra dieta es bastante sencilla. Siempre me hago una tostada con huevo o una tortilla para desayunar. Ivy y yo compartimos un pastel o un bocadillo para comer, y normalmente cenamos carne con verduras o ensalada. Siempre comemos raciones pequeñas.
Mi fe me sostiene, incluso en los momentos más difíciles
Soy católica, y creo que la fe religiosa es un apoyo para seguir adelante. Hemos pasado por muchas dificultades, como incendios forestales que nos han tenido alerta durante 10 días seguidos. Pero la fe te da algo a lo que agarrarte cuando las cosas van mal.
Si miro atrás, soy feliz con todo lo que he conseguido, pero me habría gustado seguir estudiando. Dejé la escuela una semana antes de cumplir 14 años. En aquella época no se podía hacer una carrera universitaria por Internet ni ampliar los estudios como ahora.
En general, diría que mi marido y yo nos sentimos bendecidos. Tenemos una nueva bisnieta que nacerá pronto, y vamos a pasar unas Navidades tranquilas porque estaremos ocupados con el bebé. Tony y yo arrastramos algunos problemas físicos, pero hacemos lo que nuestra salud nos permite.
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