Melba Mebane, de 90 años, trabajaba como asociada de ventas en la tienda Dillard’s, en Texas, hasta el mes pasado después de más de siete décadas. Comenzó como ascensorista en los grandes almacenes Mayer & Schmidt con solo 17 años. La tienda fue vendida a Dillard’s en 1956 y desde entonces ha trabajado en el departamento de ropa masculina y en la sección de cosméticos, donde se ha jubilado.
La carrera de Mebane parecía prometedora. “Había unas cestas de regalos que no conseguían vender”, ha asegurado a CNBC Make It. “Me pidieron que lo intentara y empecé a hablar con la gente en el pasillo. Vendí todas y me dijeron que me tenía que quedar en la empresa”.
El trabajo en Dillar’s es más que un sueldo
Mebane era madre soltera, Dillar’s se convirtió en una segunda casa para ella, y sus compañeros en una segunda familia. La mujer pronto empezó a congeniar con el fundador de la cadena, William T. Dillard, y le ayudaba a cuidar a su hija cuando visitaban su tienda.
Melba Mebane siempre trabajaba al menos 40 horas a la semana. Su hijo, Terry Mebane, le pedía a su abuelo que le llevara a la tienda para correr entre los pasillos mientras esperaba a que terminase el turno de su madre, ha asegurado a CNBC.
Mebane ha seguido la misma rutina durante 74 años: se despierta a las 6 de la mañana, prepara su café y un desayuno rápido y hace recados antes de llegar a Dillard’s a las 9 de la mañana.
El secreto para ser feliz en el trabajo
“Me encantaba ir a trabajar todos los días”, ha afirmado. Mebane no faltaba un día de trabajo, a menos que estuviera realmente enferma y no se planteaba la jubilación temprana.
La mujer ha aconsejado no aceptar un trabajo simplemente porque paga bien, “el dinero puede decepcionarte”, advierte. La clave para ser feliz en el trabajo es encontrar algo en lo que realmente eres bueno y rodearte de personas con las que disfrutas pasar tiempo.
Mebane ha tenido varias oportunidades de ascender como gerente en Dillar’s, pero siempre ha rechazado las ofertas. “A nadie le gusta tomar decisiones difíciles”, ha afirmado a CNBC. Además, quería conservar el buen ambiente de trabajo con sus amigos y mejorar sus habilidades como vendedora.
Gracias a la buena relación con la familia Dillard, ha podido adaptar su empleo a sus necesidades a lo largo de los años. Cuando cumplió 65, se planteó jubilarse, pero el fundador de Dillard’s le dijo: «Tienes trabajo aquí el tiempo que quieras. ¿Qué quieres hacer?’”, recuerda Terry. Ella decidió no trabajar de noche y los domingos, y ajustaron su jornada en consecuencia.
Average Rating