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Los fanáticos del antienvejecimiento se están poniendo inyecciones de 15.000 euros para rejuvenecer sus rodillas

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Es difícil huir del envejecimiento si incluso un breve paseo hace que te duelan las rodillas.

Claro que se puede modificar la dieta, hacer ejercicio e incluso ponerse bótox. Pero contrarrestar el desgaste de las articulaciones no es tan sencillo.

Por ejemplo, el empresario tecnológico Bryan Johnson, que —a pesar de gastarse 2 millones de dólares al año para volver a tener 18 años— ha luchado por encontrar una solución para sus doloridas rodillas y caderas de 46 años.

Afirma que por fin tiene una solución: volar a las Bahamas para someterse a una terapia experimental en la que le inyectan millones de células madre de jóvenes voluntarios suecos sanos en rodillas, caderas y hombros. ¿El precio? A partir de 16.500 dólares por articulación (unos 15.000 euros), o un combo para todo el cuerpo por 25.000 dólares (alrededor de 22.500 euros).

No se trata de una ciencia nueva: la investigación sobre la terapia con células madre ya ha demostrado ser prometedora como posible tratamiento de dolencias relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes, las cardiopatías y la artritis. Pero utilizarlas para fortalecer las rodillas de cuarentones sanos (y ricos) es un territorio nuevo.

Y Johnson no es el único que aprovecha esta tendencia.

En el sector del bienestar hay un entusiasmo furtivo por la idea de rejuvenecer las rodillas con una inyección de células jóvenes.

Aunque no están aprobados por la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos) en Estados Unidos, algunas clínicas extranjeras son capaces de ofrecer los tratamientos con la aprobación de las agencias reguladoras de otros países… siempre que estés dispuesto a pagar un precio considerable. Un enorme mercado de clínicas no reguladas ya se está aprovechando del interés de los consumidores por el poder terapéutico de las células madre, por un importe de entre 1.200 y 28.000 dólares por tratamiento, según ha revelado una investigación.

Los expertos en el campo de la longevidad afirman que se trata de una idea prometedora, y que experimentos como el de Johnson pueden incluso ayudar a cambiar el paradigma de la atención sanitaria hacia un cuidado proactivo y preventivo de las articulaciones.

Por ahora, esto es lo que sabemos —y lo que no sabemos— sobre el tratamiento de las rodillas con células madre.

Una inyección para potenciar la capacidad curativa natural del cuerpo

En su búsqueda de «articulaciones de superhéroe», Johnson voló a Physical Longevity, la clínica bahameña que desarrolla tratamientos experimentales contra el envejecimiento, en gran parte con células madre.

No quería cualquier tipo de células madre. Johnson reservó un tipo específico de tratamiento con células madre mesenquimales (CMM). Estas células están de moda en los círculos de la longevidad porque parecen reducir la inflamación y favorecer la regeneración. Las investigaciones sugieren que, a diferencia de otras células, pueden actuar solas, aisladas de otros tejidos, gravitando de forma natural hacia los tejidos lesionados o disfuncionales para ayudar a repararlos.

Según contó a Business Insider aproximadamente un mes después de su procedimiento, Johnson confiesa que aún no ha notado muchos cambios.

«Probablemente se deba a que mis biomarcadores de salud ya están en el 1% superior en cuanto a músculo, grasa, salud metabólica, salud cardiovascular, etc.», afirma Johnson, citando las estadísticas de salud que comparte en su web. «Así que es bastante difícil que mi sensación subjetiva de bienestar mejore».

Aun así, Johnson añade que está esperando los datos objetivos para ver los beneficios, confiando en un proceso que desarrolló durante años (con millones de dólares) para determinar qué tratamientos de longevidad merecen la pena. Contrató a un equipo de expertos médicos que evalúan los estudios revisados por pares sobre posibles tratamientos de longevidad, clasificando la calidad de las pruebas. La terapia MSC fue uno de los tratamientos de interés, y Johnson y su equipo consideraron que la clínica y el proveedor de células madre eran fiables y seguros.

En la actualidad, las únicas terapias con células madre aprobadas por la FDA y disponibles en EEUU utilizan las células del propio paciente. Rasul Chaudhry, catedrático de Ciencias Biológicas de la Universidad de Oakland especializado en investigación con células madre, explica que, si bien son eficaces para algunas cosas, no sirven de mucho para rejuvenecer las articulaciones. En sus palabras, es difícil revertir los daños relacionados con la edad con células que han envejecido contigo.

Las células más jóvenes extraídas de voluntarios sanos parecen reparar y regenerar mejor los daños —al menos eso es lo que el médico de Johnson, Steven Sampson, cuenta—. Según Chaundhry, eso podría ser cierto si se utilizaran células de un embrión, pero existen problemas éticos y técnicos al respecto, e incluso las células de donantes sanos de 20 años han envejecido en diversos grados.

Es un campo prometedor de la medicina, pero está lejos de la aprobación regulatoria. Además, incluso Sampson advierte de que las células madre de donantes jóvenes no deben considerarse una solución rápida ni una panacea.

«Tengo que moderar las expectativas y hacer saber a los pacientes que no se trata de magia. Lo estamos estudiando en un ensayo clínico y los resultados tardan en llegar», afirma Sampson.

Los atletas fueron pioneros en esta tendencia

Como suele ocurrir con las terapias exclusivas y experimentales, los deportistas fueron los verdaderos pioneros de este tratamiento.

Un estudio de 2014 descubrió que 12 jugadores de la NFL, entre ellos Peyton Manning, habían recibido tratamientos con células madre (no aprobados por la FDA) para ayudarles a recuperarse de diversas lesiones. La superestrella de la NFL George Kittle, el luchador profesional Hulk Hogan y el luchador de la UFC TJ Dillashaw han acudido a la misma clínica de Panamá para recibir una inyección de células extraídas de tejido de cordón umbilical donado.

Otros deportistas se han sometido a tratamientos con sus propias células madre, como el tenista Rafa Nadal para su rodilla y espalda, según ESPN, y el golfista Jack Nicklaus para su dolor de espalda, según CNN.

Sampson se siente frustrado por el hecho de que su trabajo sea inherentemente caro y esté fuera de los límites porque perpetúa un círculo vicioso. Si solo unos pocos pueden hacerlo, hay menos oportunidades de estudiar cómo estos tratamientos podrían ayudar en casos de envejecimiento y enfermedades crónicas, considera.

Pero, en cierto modo, por eso es tan efusivo con los pacientes adinerados como Johnson y los deportistas de élite que acuden. Quienes tienen un gran interés en la longevidad y los recursos para conseguirla están ayudando a despertar el interés por este tipo de medicina.

Espera que este entusiasmo impulse la investigación que algún día podría ayudar a tratar o prevenir múltiples enfermedades crónicas.

Cuando la terapia con células madre sale mal

Pero la investigación es un proceso lento.

Por ahora, la principal repercusión de este creciente interés es la proliferación de las llamadas «clínicas deshonestas» en Estados Unidos y en el extranjero, que afirman a bombo y platillo que sus tratamientos no probados pueden transformar el cuerpo.

Algunos estudios, realizados con la supervisión médica adecuada, no han encontrado efectos adversos en los tratamientos con células madre para diversas afecciones.

Sin embargo, se trata de un campo arriesgado. Los tratamientos chapuceros con células madre pueden provocar infecciones, ceguera y un crecimiento celular excesivo, que puede desencadenar la formación de tumores.

«He oído historias aterradoras porque vas allí desesperado y puede que algunas personas obtengan algún beneficio, pero la gran mayoría de la gente no sabe lo que está consiguiendo», afirma Chaudhry. Puede ser difícil saber qué se está recibiendo exactamente, en qué cantidad, y si se ha almacenado y manipulado de forma segura.

También hay muchas incógnitas sobre los efectos a largo plazo de los procedimientos, según sugiere la investigación. Paul Knoepfler, profesor e investigador de la Facultad de Medicina de UC Davis y autor de Stem Cells: An Insider’s Guide, declaró a Business Insider que el beneficio percibido de los tratamientos con células madre podría ser un placebo y hacer que los pacientes se pierdan terapias basadas en más pruebas, como las prótesis articulares.

Johnson no está convencido de que su planteamiento de tratamientos experimentales e innovadores sea más arriesgado que dejar que la naturaleza siga su curso, sobre todo después de haber hecho los deberes. «Por supuesto, algo podría salir mal, pero así es la vida y algo podría salir mal de todos modos», sopesa. «El riesgo es una conversación con matices. No está claro que esta sea la vía de mayor riesgo. De hecho, puede ser una vía de menor riesgo».

¿Merece la pena la terapia con células madre?

Mattias Bernow, director general de la empresa biotecnológica Cellcolabs, que proporcionó las células madre para el procedimiento de Johnson, tiene grandes esperanzas en el futuro de este tratamiento.

«Lo que realmente espero es que en el futuro, cuando vayamos a la consulta para la revisión anual y nos pongamos la vacuna de la gripe, quizá también recibamos una inyección de células madre para tratar nuestras enfermedades actuales o retrasar su aparición, para tratar nuestro cuerpo de la mejor forma posible independientemente de lo que nos haya tocado en la lotería genética», declara.

Aunque las terapias con células madre parecen prometedoras para la pérdida de visión o la diabetes, los expertos coinciden en que probablemente no sean la fuente de la juventud.

Se necesitan más datos de alta calidad para comprender cómo afectan al envejecimiento. Es posible que no sirvan para abordar consecuencias más complejas del proceso de cumplir años, como la degeneración neurológica.

«A un nivel más básico, ni siquiera existe una razón de sentido común por la que las CMM puedan ayudar a envejecer, sobre todo en lo que respecta al cerebro», explica Knoepfler. «Hasta ahora, no hemos visto que los ensayos clínicos hayan funcionado tan bien en su mayor parte», añadió.

No obstante, si no se dispone de dinero para un tratamiento de alta tecnología, un primer paso útil es acudir a un fisioterapeuta o a un buen entrenador personal para evaluar la movilidad y elaborar un plan de ejercicios que alivie el dolor articular y evite lesiones con el tiempo.

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Jose Manuel Fuentes Prieto

Profesional de la Comunicación que, ademas de diferentes trabajos para sus clientes edita webs de Teletrabajo, Emprendedores y Calidad de Vida
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