Venki Ramakrishnan, premio Nobel y expresidente de la Royal Society, la academia científica más antigua del mundo, ha sido testigo de la explosión de la ciencia sobre el envejecimiento y el revuelo que se ha montado a su alrededor.
Solo en los últimos 10 años se han publicado más de 300.000 artículos científicos sobre el envejecimiento, y más de 700 empresas han invertido decenas de miles de millones de dólares en la investigación del envejecimiento, escribe el microbiólogo, afincado en Cambridge (Inglaterra), en su libro Por qué morimos.
Ramakrishnan declaró a Business Insider que se habían producido algunos avances científicos reales, que profundizaban en las causas fundamentales del envejecimiento. Pero, a pesar de lo que las empresas que se han subido al carro quieran hacer creer, «aún no hemos llegado a ese punto» cuando se trata de traducir esa investigación en tratamientos para la vida real, afirma.
El mercado mundial de las terapias de longevidad y antisenescencia se valoró en 25.100 millones de dólares en 2020 y se prevé que alcance los 44.200 millones en 2030 (41.235 millones de euros), según Allied Market Research.
A diferencia de los medicamentos recetados por los médicos, los tratamientos de biohacking, como la ozonoterapia y los suplementos que aumentan ostensiblemente la longevidad, como el NAD+, no se someten a pruebas rigurosas ni reciben la aprobación de las autoridades sanitarias competentes antes de salir al mercado.
«Yo no gastaría grandes cantidades de dinero en suplementos hasta que no se demostrara que tienen un beneficio real. Esperaría a tener pruebas, pero la gente siempre cree que no puede esperar porque el tiempo corre. Eso es lo que creo que aprovechan muchas de estas empresas», considera Ramakrishnan.
«No estoy en contra de la investigación sobre la longevidad ni de la ciencia. Hay mucha y muy buena ciencia, pero sí me opongo a la excesiva exageración«, añade. Por eso, escribió su libro para inyectar una nota de realismo en este ámbito.
Ramakrishnan, de 72 años, compartió tres sencillas opciones de estilo de vida basadas en la evidencia a las que está dando prioridad a medida que envejece.
Comer alimentos nutritivos en porciones modestas
La forma en que comemos puede tener un enorme impacto en nuestra salud. Una dieta rica en alimentos ultraprocesados, por ejemplo, se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer.
Sin embargo, seguir una dieta de estilo mediterráneo, con mucha fruta, verdura, proteínas magras y cereales integrales, se ha vinculado con una vida más larga.
Ramakrishnan intenta comer una buena mezcla de proteínas, frutas y verduras, y fibra, dice. Es vegetariano de toda la vida y siempre cocina desde cero con ingredientes básicos.
También cree que es importante controlar las porciones y suscribe la famosa regla alimentaria del escritor Michael Pollan: «Come comida. No demasiada. Sobre todo plantas».
Monta en bici a diario
El ejercicio tiene todo tipo de beneficios para un envejecimiento saludable, señala Ramakrishnan. Ayuda a regenerar muchos componentes del organismo, como las células musculares y las mitocondrias, el centro neurálgico de la célula.
Además de recorrer en bicicleta al menos 10 kilómetros al día, ya que no tiene coche, Ramakrishnan va al gimnasio unos días a la semana y hace tanto entrenamiento de fuerza como ejercicio aeróbico.
«Hay que hacer ejercicios cardiovasculares y de levantamiento de pesas. Uno para mantener sano el sistema cardiovascular, el otro para mantener la masa muscular y la fuerza», matiza.
En un estudio de 2022 publicado en el British Journal of Sports Medicine, basado en datos de 100.000 adultos estadounidenses con una edad media de 71 años, las personas que levantaban pesas y hacían entre 150 y 300 minutos de ejercicio aeróbico a la semana tenían un 41% menos de probabilidades de morir por cualquier causa en comparación con sus compañeros sedentarios.
Consigue 8 horas diarias de sueño
A Ramakrishnan le gusta dormir ocho horas cada noche. Durante el ciclo del sueño, el cuerpo repara gran parte del desgaste acumulado en el día a día. «Es una forma de restablecer y regenerar las cosas», afirma Ramakrishnan.
Las investigaciones sugieren que dormir lo suficiente y bien podría añadir unos cuantos años a la vida. En un estudio preliminar presentado en la Sesión Científica Anual 2023 del Colegio Americano de Cardiología, los investigadores identificaron cinco medidas de la calidad del sueño: dormir entre siete y ocho horas por noche; tener dificultades para conciliar el sueño no más de dos veces por semana; tener problemas para permanecer dormido no más de dos veces por semana; no utilizar medicación para dormir; y sentirse bien descansado después de despertarse al menos cinco días por semana.
De las 172.321 personas que participaron en el estudio, los hombres que declararon tener las cinco medidas de calidad del sueño vivían 4,7 años más que los que no tenían ninguna o sólo una. Las mujeres que tenían las cinco medidas vivían 2,4 años más.
«El sueño es mucho más importante de lo que se cree», afirma Ramakrishnan.
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