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Bienvenidos al arte de resolver tus movidas leyendo a Séneca.
Séneca y el caos (de Roma, y el tuyo)
Primero, ponte en situación. Séneca no era ningún ermitaño escribiendo desde una cueva. No, no. Era el consejero del emperador Nerón, el tipo más volátil y peligroso del momento. Imagina esto: un jefe que podría despedirte (literalmente) con un cuchillo. ¿Y qué hizo Séneca?
Sobrevivió. Pero no por ser cobarde, sino porque entendía el juego de la vida mejor que nadie.
¿Tienes un jefe tóxico? ¿Un trabajo que parece diseñado para sacarte canas? Séneca ya lo sabía:
“El hombre más poderoso es aquel que tiene poder sobre sí mismo.”
Traducción: deja de obsesionarte con el caos externo y trabaja en tu propio orden interno. Respira. Toma decisiones con calma. No seas Nerón.
A ver, vamos a ver.
Que NO necesitas otro vídeo motivacional de YouTube.
Que no hace falta gastarte la pasta en un coach de LinkedIn que te dice que la clave de la vida está en “dar el 200%”.
Que el hombre hace 2.000 años ya lo dejó todo bien clarito. Y gratis, en latín, para más inri.
¿Tienes problemas? ¿El trabajo te absorbe? ¿Te agobia el futuro? Pues Séneca ya te lo dijo:
“La vida no es corta. Nosotros la hacemos corta perdiendo el tiempo en tonterías.”
Vamos al tema.
Ponte en situación:
Tienes una pila de correos por contestar, el jefe te pide el informe “para ayer”, tu pareja te manda mensajes preguntándote si has sacado al perro, y tú solo quieres un minuto de paz. ¿Qué haces?
¡Respiras!
Lo que viene a ser: baja el móvil, y mira por la ventana un rato.
Pero… ¿y las preguntas grandes de la vida?
- ¿Qué hago con mi carrera?
- ¿Por qué me siento perdido?
- ¿Cuál es mi propósito?
Aquí es donde Séneca te coge de la mano (metafóricamente, claro) y te susurra:
“Ningún viento es favorable para quien no sabe a dónde va.”
Filosofía estoica al máximo nivel. ¿Sabes lo que significa?
Que no importa si el mundo está en llamas o si Elon Musk compra otra empresa: si tú tienes claro lo que quieres, nada te detiene.
Pero claro, ¿y si no tienes claro nada?
Tranquilo, Séneca tampoco se levantó un día sabiendo todas las respuestas. El truco está en hacer preguntas mejores.
“Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir.”
Ahí lo tienes: no te tortures por no tener todo resuelto. Séneca te da permiso para equivocarte, para cambiar de opinión, para ser humano.
¿Y qué hacemos con los problemas que no dependen de nosotros?
Aquí es donde Séneca se pone serio:
“La felicidad no consiste en depender de lo que no podemos controlar.”
En resumen: deja de preocuparte por lo que otros piensan, hacen o dicen. Concéntrate en ti. En tu camino. En tu paz mental.
¿Y si todo sigue siendo un caos?
Pues recuerda lo más importante que te dejó Séneca:
“Vive como si ya hubieras alcanzado la paz.”
Haz las paces contigo mismo, deja de buscar fuera lo que está dentro, y, sobre todo, no pierdas tiempo en dramas ajenos.
Te lo dice Séneca, y te lo confirmo yo.
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