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El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. En 2022, fue el responsable de 9,7 millones de fallecimientos.
También es una de las enfermedades más prevalentes. Alrededor de 1 de cada 5 personas desarrollará cáncer a lo largo de su vida, estima la Organización MUndial de la Salud (OMS). Las previsiones del organismo apuntan a más de 35 millones de nuevos casos en 2050, un aumento del 77% con respecto a los 20 millones en 2022.
El envejecimiento de la población es una de las razones de este incrementos, pero no explica por completo todos los casos. En este sentido la exposición de las personas a los factores de riesgo, también juega un papel relevante.
La contaminación del aire se coloca como uno de los principales factores de riesgo medioambientales. Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se deben a causas sobre las que se tiene control: como el consumo de tabaco, un elevado índice de masa corporal, al alcohol, una baja ingesta de frutas y verduras y a la falta de actividad física.
Aumento entre jóvenes
En los últimos años algo preocupa a la comunidad científica. Las generaciones jóvenes se están viendo más afectadas por el cáncer que las mayores. —En septiembre de 2023 un estudio en la revista BMJ Oncology le puso número: la incidencia mundial de tumores entre menores de 50 años ha aumentado un 79% en tres décadas—. Lo hacen en concreto en hasta 17 tipos de cáncer. Mama, colon, páncreas y útero son algunos de los tumores que parecen ser más comunes en la generación X y los millennials frente a grupos de mayor edad.
El cáncer es una enfermedad multifactorial en la que la edad se colo como el principal factor de riesgo, entonces ¿qué está pasando para que cada vez más menores de 50 reciban un diagnóstico?
«Aunque desconocemos las causas exactas, sí parece que el estilo de vida occidental con la obesidad, sedentarismo y dietas inadecuadas —cada vez más alejado de la dieta mediterránea clásica— con un bajo consumo de fruta y verduras y consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas parecen tener un papel importante en este incremento del cáncer a edades jóvenes», explicó previamente a Business Insider España la Dra. Isabel Echavarría, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica y oncóloga médico del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
Hábitos que podrían protegerte
De manera generalizada, lo que comes, la cantidad de ejercicio que realizas y tu ingesta de sustancias tóxicas pueden influir en tu riesgo de padecer una enfermedad que, en 2024, será diagnosticada en 286.664 españoles.
Come más verde y menos ultraprocesados
En palabras de Marcos Malumbres, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en el riesgo de desarrollar cáncer «los hábitos como la dieta pesan más que los factores genéticos, al menos en las sociedades modernas”.
¿La razón? La forma de comer es cada vez más calórica, procesada y dulce. Lo que a su vez puede repercutir en el microbioma y favorecer la aparición de enfermedades, entre ellas el cáncer. Ente los alimentos sosechosos ultraprocesados, carnes rojas,refrescos…
Científicos de Harvard demostraron que en mujeres, la ingesta frecuente de bebidas azucaradas duplica las probabilidades de padecer cáncer de colón antes de los 50 años. También que los hombres que consumen altas cantidades de ultraprocesados tienen un 29% más de riesgo de desarrollar cáncer colorrectal que aquellos que toman estos alimentos en menor cantidad.
Desde 2022 las autoridades sanitarias francesas aconsejan comer menos de 150 gramos de embutidos a la semana debido a «la existencia de una asociación entre el riesgo de cáncer colorrectal y la exposición a nitratos y nitritos».
Muévete más
Ser sedentario conlleva un riesgo de cáncer un 82% mayor que las personas más activos, encontró una investigación sobre más de 8.000 participantes.
Las pautas de actividad física de 300 minutos de ejercicio moderado a la semana puedes ayudar a reducir el riesgo de padecer algunos de los cánceres más comunes, entre ellos el cáncer de mama, de colon, útero y pulmón.
El mayor nivel de movimiento se asocia a una reducción del 41% en el riesgo de cáncer de mama invasivo. En cambio, cada 100 minutos ocasionales de tiempo sedentario al día implican un aumento del 20% en el riesgo de cáncer de mama.
Deja de fumar y bebe con moderación
Se estima que el efecto carcinógeno del tabaco se asocia a entre 16% y el 40% de los casos de cáncer en general. Es además el responsable del 90% de los cánceres de pulmón, uno de los tumores más comunes y letales en nuestro país.
En 2020 entorno al 4,1% de todos los nuevos casos de cáncer fueron atribuibles al consumo de alcohol. En España, el 4,4% de los diagnosticados ese año tuvieron su causa en la bebida, unos 11.600 casos en total.
Es poco conocido que el cáncer de mama es el cáncer más común causado por el alcohol entre las mujeres.
Conoce tu riesgo genético y no te saltes las revisiones
Los antecedentes familiares son uno de los factores de riesgo más importantes ya que el cáncer en muchos casos puede heredarse.
Otra de las formas de reducir riesgos es acudir a exámenes destinados a la detección precoz. En España el Sistema Nacional de Salud incluye colonoscopia como parte del programa de detección precoz del cáncer de colon. Está disponible para hombres y mujeres de entre 50 y 69 años a quienes se recomienda realizarse la exploración con un intervalo de 2 años.
La detección precoz del cáncer de mama se realiza a mujeres entre 50 y 69 años a través de una mamografía, habitualmente cada dos años. En el caso del cáncer de cuello de útero también va dirigido a mujeres, aunque hay más variación entre los intervalos de edad y el intervalo de tiempo entre las exploraciones.
No ignores ningún síntoma
Nunca deberías pasar por alto algo que consideres que no es normal. Por muy leve que te parezca el cambio o por muy joven que seas.
Algunos de los síntomas de cáncer más subestimados son la pérdida de peso, las alteraciones en hábitos urinarios o malestares gastrointestinales. Ignorar las primeras señales, tanto por médicos como por los propios pacientes puede hacer que el diagnóstico llegue en etapas tardías, cuando la probabilidad de curación es menor.
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