Para llegar a viejo con una envidiable condición física hace falta suerte, buena genética, una cuidada alimentación, práctica de deporte frecuente y el adecuado descanso. Pero además, se acaba de descubrir que el orden en el que se padecen determinadas enfermedades puede afectar seruamente a la esperanza de vida.
La investigación, publicada en The Conversation, siguió durante 20 años a más de 1,6 millones de adultos de Reino Unido, cuyos datos están almacenados en el banco de datos SAIL, que proporciona acceso seguro a registros sanitarios y administrativos anónimos recopilados de forma rutinaria para la población de Gales.
Más del 25% de los adultos en el Reino Unido tienen dos o más problemas de salud a largo plazo, una cifra que se eleva al 65% para los mayores de 65 años y al 82% para las personas de 85 años o más. La investigación evaluó a largo plazo el desarrollo de psicosis, diabetes e insuficiencia cardíaca congestiva y su impacto en la esperanza de vida.
Los científicos escogieron estas condiciones porque, juntas, pueden conducir a reducciones sustanciales en la duración de la vida de una persona. Con ayuda de modelos estadísticos, se analizó el momento y el orden en el que estas enfermedades aparecieron en pacientes de la misma edad, sexo y zona, y el impacto en la esperanza de vida.
El orden puede quitar más de una década de vida
Quienes desarrollaron diabetes, psicosis e insuficiencia cardíaca congestiva, en ese orden, tuvieron la mayor pérdida de esperanza de vida: unos 13 años, en promedio. Cuando el orden fue diferente, los pacientes no se vieron tan afectados.
Otra de las conclusiones del estudio es que, quienes desarrollaron diabetes, luego psicosis y finalmente insuficiencia cardíaca congestiva tenían un mayor riesgo de desarrollar la siguiente afección de salud a largo plazo o de morir dentro de los cinco años posteriores a su último diagnóstico.
No siempre tener más de una condición reducía la vida: las personas con psicosis y diabetes —en cualquier orden— tenían más esperanza de vida que las personas diagnosticadas solo con psicosis. Una hipótesis es que quizás los diabéticos tenían más contacto con profesionales de la salud.
Además, la insuficiencia cardíaca congestiva por sí sola y en combinación con psicosis (en cualquier orden), tenía un efecto negativo en la esperanza de vida similar a la combinación del «peor de los casos» de diabetes, psicosis e insuficiencia cardíaca congestiva.
Estudios como este ponen de manifiesto la importancia de examinar el orden de las afecciones, mejorar la gestión y el diagnóstico a los pacientes u observar los factores que pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle una enfermedad, así como diseñar estrategias de intervención temprana.
El mismo enfoque —pese a que algunos registros médicos no eran del todo precisos— podría aplicarse para examinar combinaciones de otras afecciones, como el covid persistente, y su impacto en la calidad de vida. La relación del orden y el momento en el que aparecen las patologías es tan interesante como compleja.
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