El deterioro cognitivo y la demencia están fuertemente ligados a factores modificables de la vida diaria, como la dieta. La evidencia apunta a que mientras que una alimentación poco saludable puede incrementar el riesgo, promover la ingesta de vegetales podrían ayudar a prevenir de enfermedades neurodegenerativas.
La búsqueda de compuestos naturales que puedan mejorar el deterioro cognitivo relacionado con la edad ha surgido recientemente como un importante foco de investigación para promover un envejecimiento saludable.
En línea con esto, un estudio de la universidad de Barcelona identificó 9 alimentos ricos en polifenoles y otras sustancias vegetales que ayudan a reducir mantener una función cerebral adecuada con la edad.
Un nuevo estudio publicado por neurocientíficos de la Universidad de Tsukuba, en Japón, ha encontrado otro integrante que sumar a la lista. Los hallazgos, publicados en Geroscience, apuntan que la trigonelina, un alcaloide vegetal que se encuentra en abundancia en el café, así como en las semillas de fenogreco y el rábano «posee propiedades de mejora cognitiva» .
La investigación, centrada en animales, investigó los efectos de este compuesto en la memoria y el aprendizaje espacial —adquirir, retener, estructurar y aplicar información relacionada con el entorno físico circundante—. Un punto importante si se tiene en cuenta que la desorientación es un signo de alerta de demencia.
Tras administrar oralmente un suplemento de trigonelina a ratones con senescencia acelerada (SAMP8) —es decir con alteraciones asociadas a la vejez, principalmente cognitivas e inmunológicas— estos obtuvieron una mejora significativa en la prueba del laberinto acuático de Morris. Lo que indicó una mejora significativa en el aprendizaje espacial y el rendimiento de la memoria en comparación con los ratones que no recibieron el compuesto.
A continuación, los investigadores realizaron un análisis transcriptómico del genoma completo del hipocampo para explorar los mecanismos moleculares subyacentes.
Descubrieron que las vías de señalización relacionadas con el desarrollo del sistema nervioso, la función mitocondrial, la síntesis de ATP, la inflamación, la autofagia y la liberación de neurotransmisores estaban significativamente moduladas en el grupo que tomó trigonelina.
El análisis confirmó que los niveles de citoquinas inflamatorias disminuyeron significativamente y los niveles de neurotransmisores dopamina, noradrenalina y serotonina, relacionadas asimismo con un mejor ánimo y salud mental, aumentaron significativamente en el hipocampo.
«Estos hallazgos sugieren la eficacia de la trigonelina para prevenir y mejorar el deterioro de la memoria del aprendizaje espacial relacionado con la edad», concluye el estudio.
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