La demencia viene acompañada de desafíos conductuales y emocionales. Descubre estos consejos prácticos para ofrecer tranquilidad a tus seres queridos durante esos momentos de crisis.
Calmar a una persona con demencia senil puede convertirse en una travesía desafiante. Se trata de un desafío que, con frecuencia, recae sobre los hombros de familiares y cuidadores informales, ya que las opciones de asistencia son limitadas o poco accesibles.
A menudo, quienes están a cargo de estos pacientes se embarcan en esta tarea por cuestiones económicas o bien porque sienten que comprenden mejor las necesidades de su ser querido. Sin embargo, este viaje resulta agotador y complicado, dificultando aún más el manejo de los síntomas de esta enfermedad.
En este artículo, ofreceremos consejos prácticos que ayudarán a lidiar con la agitación y confusión del paciente, con el objetivo de mantener la tranquilidad tanto para ti como para la persona diagnosticada.
¿Cómo calmar a persona con demencia senil?
Existen diversas formas de ayudar y calmar a una persona con demencia senil, sin recurrir en exclusiva a los medicamentos. Por ello, te proporcionamos 10 consejos prácticos para manejar la agitación del paciente.
1. Mantén una rutina para que no se sienta desorientado/a
Las personas con demencia, a menudo, se sienten desorientadas y confundidas debido a los cambios en su memoria y cognición. Establecer y mantener una rutina les proporciona un sentido de seguridad y previsibilidad en su vida diaria. Ello, a su vez, reduce la ansiedad y el estrés que experimentan. Te indicamos algunas sugerencias en pro de una rutina favorecedora:
- Mantener el entorno limpio y organizado para reducir la confusión.
- Asegúrate de incluir momentos de descanso en la rutina, así evitas la fatiga y la sobrecarga cognitiva.
- Etiquetar los objetos o utilizar señales visuales para indicar áreas específicas, como el baño o la cocina.
- Establecer horarios fijos para las actividades diarias, como levantarse, comer, tomar medicamentos y acostarse.
Cada persona es única y es crucial ser flexible y adaptarse a sus necesidades cambiantes. Si el paciente se siente incómodo o agitado, se debe ajustar la rutina.
2. Logra una conexión emocional
No siempre es posible que un ser querido reconozca a sus familiares de manera consistente, debido a la pérdida significativa de memoria y habilidades cognitivas.
Es probable que entren en crisis o agitación psicomotora porque no reconocen a quien está a su lado y pidan que se acerque alguien familiar. Si esto sucede, ¿cómo calmar a la persona con demencia senil? Intenta las siguientes estrategias:
- Decir tu nombre y tu relación con él/ella, por ejemplo: «Hola, soy Pedro, tu nieto».
- Enseñar fotos, eventos pasados o lugares familiares para demostrar afinidad.
- Conversar sobre momentos y experiencias compartidas en el pasado, para que el paciente se sienta más conectado contigo. Puedes decir algo como: «¿Recuerdas cuando fuimos juntos a la playa y jugamos lanzado la pelota al agua con nuestro perro Astro?».
En lugar de centrarte en que te reconozca, la clave es lograr una conexión emocional y prestar atención a las necesidades de la persona. Puede que necesite tiempo para procesar la información y asimilar quién eres. Así que evita la frustración y la impaciencia, ya que esto empeora la situación.
La demencia es una enfermedad progresiva y, en última instancia, a veces no se puede recuperar el recuerdo por completo. Por lo tanto, el objetivo principal debe ser el bienestar emocional y físico del ser querido, más que su capacidad de reconocerte.
3. Escucha de forma activa y empática
Para calmar a una persona con demencia senil, durante una crisis es fundamental prestar atención no solo a lo que dice, sino también a cómo se siente. Esto contribuye a comprender la fuente de su angustia o confusión, lo que a su vez te permitirá responder de manera más efectiva.
Por tanto, cuando interactúen, fomentar una escucha activa y empática es esencial. Mira estas estrategias:
- Evita interrumpir sus frases o corregir.
- Utiliza un tono de voz que transmita calma.
- Mantén una actitud serena y no muestres impaciencia o frustración.
- Escucha las palabras y las emociones detrás de lo que dice.
- Responde de manera empática a sus sentimientos, incluso si el tema cambia.
- Haz preguntas abiertas, por ejemplo: «Cuéntame más sobre eso». «¿Qué te hace pensar o sentir eso?».
- Aprovecha la oportunidad para dar refuerzo positivo y validar sus pensamientos y sentimientos. Puedes decir cosas como: «Entiendo lo que dices» o «eso suena importante para ti».
- Emplea la repetición de un tema de manera estratégica para confirmar que lo entendiste. Por ejemplo: «Entiendo que estás preocupado/a por la comida de la noche». Así demuestras que le prestas atención.
La escucha activa y empática es esencial para reducir la ansiedad y angustia asociada con los síntomas conductuales y psicológicos de la enfermedad. Esto no solo ayuda a la persona a sentirse comprendida y apoyada, sino que también contribuye a su bienestar emocional, reduciendo la intensidad de la crisis.
4. Utiliza lenguaje no verbal y valora el contacto físico
En las etapas avanzadas de la demencia, la comunicación es compleja y deficiente. No obstante, enriquece el mensaje verbal mediante el uso del lenguaje no verbal y el empleo de imágenes.
Este tipo de comunicación cobra especial relevancia cuando las palabras no son suficientes para expresar nuestro apoyo y compañía, en particular, en aquellos momentos de agitación psicomotora o confusión mental.
Asimismo, es relevante considerar la posibilidad de utilizar el contacto físico como una forma de transmitir tranquilidad y cercanía. Pero esto requiere sensibilidad y respeto a los límites que la persona establezca: si rehúye, es necesario respetar su decisión y evitarlo. Conoce estas formas de utilizar el lenguaje no verbal y el contacto físico en tales escenarios:
- Mantén contacto visual para mostrar que estás presente y atento/a a sus necesidades.
- Utiliza toques suaves y gestos afectuosos cuando sean adecuados y bien recibidos por el paciente.
- Ofrece contacto físico, en situaciones apropiadas, como una mano amiga o un abrazo, para transmitir una sensación de seguridad y cercanía.
- Emplea herramientas visuales, como imágenes o diagramas simples, pues ayudan a la persona a recordar o comprender mejor ciertos conceptos o temas.
- Acompaña tus palabras con gestos y señales visuales para reforzar el significado de tu mensaje. Por ejemplo, si quieres invitarle a sentarse, señala una silla y di: «Siéntate aquí».
Estas acciones benefician una conexión emocional y brindan consuelo a la persona con demencia, incluso cuando la comunicación verbal es limitada o confusa.
Cuando queremos calmar a una persona con demencia senil, el respeto hacia sus preferencias es esencial para garantizar que el contacto físico sea una experiencia positiva y reconfortante.
5. Usa frases cortas y sencillas para comunicarte
Es primordial utilizar frases cortas y sencillas; después de todo, hay que tener en cuenta que el nivel de deterioro cognitivo quizás dificulte la comunicación. Por eso es prioridad aprender a manejar la falta de comprensión y expresión para no empeorarlas y reducir el riesgo de crisis conductuales.
A medida que la demencia avanza, debemos adaptar nuestro lenguaje con frases más claras y concisas. Algunos ejemplos de comunicación efectiva son los siguientes:
- Esquiva el uso de nombres complejos o títulos formales. En lugar de decir «doctor García», usar «el doctor» o «García».
- Di frases afirmativas, cortas y positivas. Por ejemplo, en lugar de preguntar «¿no quieres tomar tu medicina?», di «es hora de tomar tu medicina, ¿de acuerdo?».
- Ofrece opciones limitadas para que pueda elegir. Por ejemplo, en lugar de preguntar «¿qué te gustaría comer?», puedes decir: «¿Prefieres sopa o sándwich para la cena?».
- Emplea nombres y pronombres de manera coherente, cuando hables de personas u objetos. Si hablas de un nieto llamado Juan, no te refieras a él como «ese chico» o cambiar su nombre a lo largo de la conversación.
Estos enfoques de comunicación facilitan la interacción y minimizan la confusión en personas con demencia. A través de ellos, se mejora la calidad del diálogo, se reduce la posibilidad de crisis conductuales y reducen las complicaciones cuando no sabemos cómo calmar a una persona con demencia senil.
6. Evita reprender
Cuando nos enfrentamos a agresiones físicas o verbales por parte de una persona con demencia, sentimos la tentación de reprenderla, atribuyendo la responsabilidad a sus acciones. No obstante, ten presente que no tiene la misma capacidad para controlar sus emociones y comportamientos; su habilidad de razonar y comprender puede estar afectada debido a su condición.
Las agresiones no reflejan la calidad de la relación con la persona; más bien, suelen ser el resultado de un síndrome confusional o la frustración que experimentan.
Por lo tanto, es importante evitar acciones como culpar o regañar, ya que estas respuestas no suelen ser efectivas y, en algunos casos, impactan de modo negativo en el estado emocional. Aquí te proporcionamos algunas pautas para abordar estas situaciones de manera más eficaz:
- No tomes las agresiones de manera personal.
- Ofrece apoyo emocional y físico a la persona en situaciones apropiadas.
- Conserva la calma y no reacciones con enojo o frustración. Estas emociones agravan la situación.
- Busca la causa subyacente. Puede estar relacionada con el dolor, el miedo, la incomodidad o el estrés. Abordarla es conveniente para prevenir futuras agresiones.
7. Valora las causas de la alteración
Es esencial examinar las posibles causas de las alteraciones en una persona con demencia. Así, se podrán reducir las crisis y se abordarán de manera más efectiva.
En ocasiones, estas alteraciones están relacionadas con estímulos específicos que podemos identificar y eliminar, como ruidos molestos, corrientes de aire o luces intensas. En tales situaciones, es sensato actuar con sentido común para eliminar o minimizar estos estímulos. Si no podemos suprimirlos, trasladar a la persona a un entorno más tranquilo es una solución pertinente.
En otros casos, las causas de las alteraciones son más complejas y no tan evidentes. Considera que los episodios de crisis conductuales y psicológicas están relacionados con el deterioro cognitivo o con trastornos mentales.
Con base en estas ideas, un estudio publicado en Journal of Affective Disorders delimitó algunos factores de riesgo que pueden estar relacionados con las alteraciones en personas con demencia. Te dejamos con los más importantes:
- Ansiedad
- Depresión
- Esquizofrenia
- Trastorno bipolar
- Trastornos del sueño
- Depresión en la vejez
- Trastorno de estrés postraumático
Este estudio también destacó que existe una asociación entre la depresión en la vejez y la demencia, en particular con la enfermedad de Alzheimer. Cuando no podemos identificar el catalizador, es valioso iniciar una comunicación con la persona para explorar la razón de su malestar.
Siempre debemos considerar la posibilidad de consultar a un profesional de la salud especializado, si los problemas persisten o son difíciles de controlar.
8. No le infantilices
Infantilizar a las personas mayores con demencia senil es una práctica común, pero puede resultar contraproducente cuando se enfrentan a alteraciones conductuales. Debemos interactuar con ellos de manera cariñosa y cercana, sin adoptar un tono infantil al comunicarnos. Para asegurarnos de no caer en ello, aquí tienes algunos consejos:
- No transgredas su privacidad.
- Respeta sus pensamientos y opiniones.
- Evita utilizar un lenguaje infantil o simplista.
- Anima a compartir sus experiencias y recuerdos.
- Fomenta la autonomía en la medida de lo posible.
- Trátale como individuos con experiencias y conocimientos valiosos.
- Consulta su opinión y deseos sobre decisiones que puedan afectarles, como opciones de cuidado de salud o de vivienda.
- Inclúyele en las conversaciones y actividades familiares o sociales siempre que sea posible. Así se sienten conectados/as y valorados/as.
- Proporciona alternativas y decisiones en su vida diaria cuando sea apropiado. Esto les da un sentido de control y les permite sentirse más empoderados/as.
Al seguir estos consejos promueves la dignidad y autonomía del paciente con demencia senil, en especial cuando tratas de calmar sus crisis.
9. Ayuda a resolver el problema
Desempeñar un papel de apoyo y colaboración en la resolución de problemas es crucial al interactuar con personas que experimentan alteraciones en su comportamiento debido a la demencia. Para lograrlo, es importante escuchar con atención lo que trata de comunicar, incluso si su discurso es confuso o limitado.
Si la persona expresa un deseo o una necesidad que no puede cumplirse de la manera deseada, por circunstancias externas, como el clima, ofrece orientación y sugiere alternativas. Por ejemplo, si desean salir a pasear y llueve, propón una actividad similar en interiores.
Cuando el deterioro cognitivo es avanzado o hay trastornos mentales de por medio, es posible que la persona no pueda comunicar su problema. En estos casos, asume un papel más activo, proporcionando una orientación detallada y tomando decisiones en su nombre de manera más frecuente.
La resolución de problemas quizás lleva tiempo cuando se trata de personas con demencia. Por lo tanto, siempre que sea posible y seguro, es prioridad animar al paciente a que participe de forma activa en la búsqueda de soluciones.
La participación activa del paciente ayuda a mantener su sensación de autonomía y control, fortalece la conexión emocional y contribuye a su bienestar general.
10. Redirige su atención
Al momento de calmar a una persona con demencia senil, redirigir su atención es una estrategia acertada, sobre todo cuando la comunicación es difícil. Si el paciente no puede comunicarse de forma clara y está excitado, intentar guiar su atención hacia una actividad que le proporcione satisfacción o relajación.
Incluso, pide que te ayude con una tarea sencilla, como clasificar calcetines u ofrécele la oportunidad de participar de actividades al aire libre, como una caminata o paseo. De esta manera, además de sentirse útil, se distraerse y halla tranquilidad.
Otros consejos que ayudan a clamar a la persona con demencia senil
Además de los consejos mencionados, existen otras estrategias que pueden ser útiles para calmar a una persona mayor con demencia senil y así mejorar su calidad de vida. Enseguida las listamos:
- Ergoterapia: actividades manuales como artesanía o jardinería son útiles para distraer y entretener.
- Estimulación social: promover la interacción social del paciente con amigos y visitantes beneficia su bienestar emocional. Hazlo sin que cause rechazo o aislamiento.
- Musicoterapia: escuchar música, bailar o cantar son formas efectivas de distraer a la persona durante episodios de crisis y evoca recuerdos y experiencias positivas.
- Actividades recreativas: paseos al aire libre, leer juntos, ver películas, tocar instrumentos musicales o tareas que agraden al paciente, le ayudan a calmar su estado emocional.
- Técnicas de refuerzo positivo: en lugar de regañar o discutir con la persona con demencia senil, logras calmar el episodio si fomentas la empatía y una comunicación comprensiva.
- Estimulación cognitiva: adivinanzas, ejercicios de completar frases, reconocer a personas o unirse a talleres de estimulación de la memoria, mantiene la mente activa y proporciona un sentido de logro.
- Terapia de validación afectiva: es muy útil para personas con demencia en etapas avanzadas. Se centra en comprender y respaldar sus emociones, lo que impacta de modo significativo en su bienestar emocional y en la relación entre el cuidador y el paciente.
- Tratamientos farmacológicos: no hay una cura para la demencia senil. En algunos casos, los medicamentos son útiles para controlar síntomas como la agitación o la agresión. Si los episodios de agresividad o confusión no responden a las estrategias, consulta con un médico especializado la posibilidad de suministrar medicación apropiada.
El cuidador: otro factor que influye
Es de pleno conocimiento que los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia senil, como la agitación psicomotriz y la confusión mental, generan estrés en quienes cuidan a las personas con demencia. Dichos síntomas varían en intensidad y frecuencia, a media que avanza la enfermedad.
Sin embargo, no solo el curso del diagnóstico es lo que agrava estos síntomas. De acuerdo con un artículo publicado por la International Journal of Geriatric Psychiatry, el 56 % de la variación de los síntomas conductuales y psicológicos están relacionados con factores psicosociales del cuidador.
Este estudio explica que la forma en que el cuidador reacciona, la carga que siente, su sensación de competencia y la calidad de la relación con el paciente influyen de forma directa en la angustia y frecuencia de los síntomas. También, la culpa incide de modo indirecto en la angustia a través de su impacto en la competencia, la carga y la reacción del cuidador.
De igual forma, las emociones expresadas median entre los aspectos positivos de los cuidadores y los síntomas conductuales y psicológicos de los paciente. La revista Aging & Mental Health encontró que la intrusión era la más común, pero tenía una menor asociación con los resultados negativos de los cuidadores.
Otra investigación publicada por la revista BMC Public Health enfatizó en que la personalidad y la forma en que los cuidadores enfrentan los desafíos se relaciona con la intensidad del estrés y en la manifestación de los síntomas psicóticos del paciente; a excepción de cuando se trata de sentimientos de ansiedad, euforia y cambios en el apetito.
La escrupulosidad moderada influye en la relación entre los síntomas y la carga del cuidador. La autodistracción, el afrontamiento activo, la planificación y la aceptación actúan como mediadores en la relación entre los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia y la carga de los cuidadores.
Cuidarnos para saber cuidar a una persona con demencia senil
En resumen, a medida que la demencia avanza, los desafíos como la pérdida de memoria, la confusión, los cambios de humor, los episodios de agresividad y la excitación son más frecuentes.
Según el consenso internacional Delphi, existe la preferencia por un enfoque gradual para tratar estos síntomas en la demencia. El punto de partida siempre es identificar las causas subyacentes. Para la agitación, los enfoques de primera línea son el uso de fármacos, la capacitación de los cuidadores, las adaptaciones ambientales, la atención centrada en la persona y las actividades personalizadas.
El conocimiento y la capacitación sobre cómo asistir y cuidar a una persona con demencia senil son esenciales para proporcionar un cuidado efectivo y compasivo. Sin duda es una tarea exigente, pero con el apoyo adecuado y la comprensión de las necesidades cambiantes de la persona es posible mejorar la calidad de vida tanto del cuidador como del ser querido.
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