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Cómo proteger tu salud mental para no terminar agotado cuando debes cuidar de un familiar

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Sin tiempo para relajarse, descansar y dedicar un minuto para ti. Por muy buena intención que se tenga, el cuidado de un familiar puede poner a prueba incluso a las personas más resilentes por la entrega que requiere.

A la persona que presta cuidados no remunerados en el domicilio se le conoce como cuidador no profesional o familiar. Una persona necesitada de atención puede ser un cónyuge o pareja enfermo, un hijo con discapacidad o un amigo o pariente anciano.

La Encuesta de Población Activa del último trimestre de 2021, mostró que en España el 95% de quienes optaban a reducir su jornada de trabajo remunerado por motivos relacionados con el cuidado de niñas y niños, adultos enfermos, personas con discapacidad o mayores, eran mujeres.

Y aunque en muchos casos sea el vínculo familiar el y cariño lo que lleve a asumir este rol, eso no significa que no desgaste.  La prestación de cuidados familiares tiene consecuencias físicas y psicológicas. Causan estrés emocional y físico. Es habitual sentirse frustrado, agotado o triste. También es habitual sentirse solo.

Un estudio poblacional español de 2016 detectó asociaciones entre el cuidado informal y la depresión, un menor apoyo social y un mayor nivel de estrés. Los trastornos del sueño también son frecuentes y se asocian con efectos físicos, médicos y funcionales negativos en los cuidadores no profesionales.

¿Cómo saber si te está afectando?

Como cuidador, puedes estar tan centrado en tu ser querido que no veas cómo esta actividad afecta tu propia salud y bienestar. Según la Mayo Clinic, entre los signos del estrés del cuidador se incluyen:

  • Sentirse agobiado o preocupado todo el tiempo.
  • Sentirse cansado a menudo.
  • Dormir mucho o poco.
  • Ganar o perder peso.
  • Enfadarse o irritarse con facilidad.
  • Falta de interés por actividades que antes te gustaban.
  • Sentirse triste.
  • Tener dolores de cabeza frecuentes u otros dolores o problemas de salud.
  • Abuso de alcohol o drogas, incluidos los medicamentos con receta.
  • Faltar a tus citas médicas.

Cómo proteger la salud de quienes cuidan a otros

Para evitar llegar al límite hay algunas estrategias de cuidado propio que como cuidador debes poner en práctica. Piensa que si no cuidas de ti llegará un momento en el que no podrás cuidar de tu ser querido.

Uno de los pilares fundamentales para no terminar agotado es ser capaz de pedir ayuda. No tienes que llegar a todo aunque creas que es tu obligación. Por lo que acepta que te echen una mano. Desde la Mayo Clinic aconsejan hacer una lista de las formas en que los demás pueden ayudarte desde cocinarte a encargarse de las citas médicas de la persona dependiente.

Asimismo es fundamental que seas amable contigo mismo y que identifiques tus emociones y las aceptes, sostienen desde la Confederación de Salud Mental en España. Recuerda que tienes derecho a recibir un trato respetuoso del entorno en todo momento y a negarte a realizar exigencias que consideres excesivas.

Es importante que seas capaz de controlar el estrés. Relajarte hará que te sientas menos tenso, que sea más fácil asumir tus tareas y no tiene por que requerir demasiado tiempo. Puedes probar algunas técnicas de respiración. Desde el Ministerio de Sanidad proponen ejercicios útiles para lograrlo.

Si te sientes abrumado o agobiado por cuidar a alguien, encargarte de ti mismo quizás sea lo último que se te ocurra pensar. Pero dedicarte un tiempo para ti, en realidad, puede servirte para tener más fuerza y vitalidad para cuidar.

Esto puede significar escuchar música, salir a pasear, ir al cine a la peluquería e incluso sentarte sin hacer nada. Es asimismo crucial que no descuides tus contactos sociales.

Es fácil que en esta situación se descuiden hábitos saludables. Para no caer en ello encuentre alguna actividad física que le guste hacer para mantenerte activo. Puede ser: caminar, bailar, jardinería o jugar con una mascota.

Esfuérzate en llevar una dieta balanceada que incluya una gran variedad de alimentos nutritivos y da prioridad a dormir lo suficiente. Preparar una rutina relajante para realizar antes de acostarte hará que descargues toda la tensión del día y duermas mejor.

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Jose Manuel Fuentes Prieto

Profesional de la Comunicación que, ademas de diferentes trabajos para sus clientes edita webs de Teletrabajo, Emprendedores y Calidad de Vida
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