Hasta que los científicos descubran cómo frenar el envejecimiento, toca hacerlo. Y aunque no siente muy bien tener canas, arrugas o algo de peso extra, el mayor mal del paso de los años tiene que ver con los achaques que te van restando calidad de vida.
Lo peor, es que muchos de los hábitos comunes que realiza la gente aceleran este proceso.
Dormir poco
Descansar bien sirve para mucho más que levantarte con energía al día siguiente. Para empezar tu cuerpo se repara mientras duermes, por lo que cuando quitas horas a tu sueño también se las robas a este proceso.
No dormir entre 7 y 8 horas cada día compromete tu estado físico y mental de muchas formas. Te hace más propenso a las enfermedades, pues debilita tu sistema inmunológico y reduce tu rendimiento cognitivo. De hecho el sueño parece ser tanto un factor predictor como protector de demencia. Además es uno de los malos hábitos que envejece tu cuerpo antes de tiempo.
Ua investigación de la Universidad de Stanford concluyó que la calidad del sueño podría ser el factor más importante en la esperanza de vida de una persona. En línea con esto, otro estudio encontró que cumplir los requisitos que definen un sueño reparador puede incrementar hasta 5 años de vida.
Fumar
Con cada uno de los cigarros que te fumas estás acelerando tu ritmo de envejecimiento. No solo porque los tóxicos del tabaco dañan las proteínas de colágeno y elastina que le dan estructura a la piel, acelerando su degradación. «La piel de un fumador es delgada, opaca, más arrugada y menos capaz de sanar», anota la especialista, resume la dermatóloga Yoon-Soo Cindy Bae, del Laser and Skin Surgery Center de Nueva York.
Además un estudio sobre casi 500.000 personas detectó que este hábito acorta fragmentos de ADN implicados indicador de la velocidad de envejecimiento y de la capacidad de las células para repararse. Es decir acelera la vejez de tu organismo.
Como prueba una investigación evaluó que no haber fumando nunca reduce el riesgo de muerte en un 29%. En cambio fumar acorta la vida de los fumadores masculinos en unos 12 años y la vida de las fumadoras en unos 11 años, estima la Asociación Estadounidense del Cáncer.
Llevar una vida sedentaria
El ejercicio es uno de los factores que más puede alargar la vida. Incluso empezando a los 50 podrías añadir hasta 21 años a tu existencia. Esto puede deberse a que mantenerse activo en la vejez hace que el cuerpo asigne energía a los procesos fisiológicos que ralentizan su deterioro con los años, según la línea de estudio de un investigador de Harvard.
La ciencia estima que con cada hora que una persona pasa sentada de más, el riesgo de padecer un problema de salud aumenta un 3%.
Abusar de la comida basura
Abusar de alimentos que solo deberías tomar de manera ocasional — aquellos llenos de azúcares, grasas «malas» y calorías— te hace más propenso a enfermedades graves como el cáncer o los problemas cardiovasculares. De ahí que la comida basura se haya relacionado con un aumento del 14% de muerte por todas las causas.
La comida chatarra puede aumentar el riesgo de inflamación de la piel, contribuyendo a que parezcas mayor de lo que eres. También se cuela entre los alimentos que más dañan tu cerebro.
Vivir dominado por el estrés
Los investigadores han encontrado que quienes experimentan estrés muestran signos de envejecimiento inmunológico acelerado, lo que potencialmente puede conducir a un mayor riesgo de enfermedades crónicas.
A la larga los efectos de este mecanismo de defensa pueden llevarte a sufrir afecciones cardíacas o problemas de inflamación, uno de los factores que propician la aparición de un cáncer.
Además, como concluyó un estudio reciente, «el estrés severo puede desencadenar el aumento de la edad biológica». La buena noticia es que si es de corta duración, «los signos del envejecimiento biológico pueden revertirse”.
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