A sus 110 años nunca ha tenido enfermedades graves y sigue conduciendo todos los días: sus 6 consejos de longevidad
A sus 110 años, el octavo hombre más viejo del mundo sigue conduciendo su coche todos los días.
Nacido en 1914, Vincent Dransfield declaró recientemente a TODAY.com que aún puede «arreglárselas para hacer de todo» y vive solo en Little Falls, Nueva Jersey (EEUU), su hogar durante los últimos 79 años.
Según el medio, el supercentenario nunca ha tenido problemas de salud importantes, como enfermedades cardíacas o cáncer, y sólo ha sido anestesiado 2 veces. Tampoco tiene dolores de espalda ni de cabeza, según su nieta, Erica Lista.
Compartió con la prensa su rutina diaria y sus consejos de longevidad, que incluyen una vida social activa, mucho movimiento y una dieta flexible.
Toma leche cada día
Durante la Gran Depresión, Dransfield empezó a trabajar en una granja lechera a los 15 años, repartiendo leche durante 5 años.
«Bebía leche y comía bien porque trabajaba en una granja» cuenta a TODAY.com. «Y a menudo vuelvo atrás y pienso que me dieron un buen comienzo en la vida y para los huesos de mi cuerpo».
La leche de vaca es rica en proteínas, que pueden ayudarte a conservar la masa muscular a medida que envejeces. Dransfield prefiere beber su vaso de leche matutino con Ovaltine, un producto con sabor a leche, e incluso hizo que sus invitados lo bebieran en la fiesta de su 100 cumpleaños.
Come lo que quiere, incluidos dulces y hamburguesas
La dieta mediterránea está considerada la más saludable del mundo. Hace hincapié en el consumo de alimentos integrales y proteínas magras, al tiempo que reduce la carne roja, los lácteos y el azúcar.
Los hábitos alimentarios de Dransfield son más flexibles: se permite comer hamburguesas, chocolate y dulces. También come usando el microondas y compra comida en un restaurante local.
Lista dice que su abuelo nunca ha vigilado su dieta. «Ha comido lo que le ha dado la gana», le dijo a TODAY.com. «Nunca ha vigilado su peso. Nunca ha tenido que adelgazar. Siempre ha estado en forma».
Dejó de fumar y no bebe mucho
Se considera que beber y fumar son malos para la longevidad. Aunque Dransfield se toma una cerveza de vez en cuando, no disfruta con otras bebidas alcohólicas ni bebe tan a menudo.
El historial de tabaquismo de Dransfield es un poco más inusual: empezó a fumar a los 50 años, después de que un amigo le ofreciera un cigarrillo. Pero después de 20 años, «tiró los cigarrillos y se acabó», asegura Lista.
Tiene un fuerte sentido de propósito
Un riesgo de la jubilación es experimentar un declive prematuro más rápido, y la longevidad se asocia al disfrute de aprender cosas nuevas y plantearse retos. A Dransfield le encantaba trabajar: lo hizo durante 60 años, sobre todo como gerente de piezas de automóvil. Cuando se jubiló a finales de los 70, fue sólo porque su mujer se lo pidió.
Aun así, también fue voluntario durante más de 80 años como bombero local, llegando a ser jefe durante algún tiempo.
Es activo, aunque no haga ejercicio
El trabajo voluntario de Dransfield en el cuerpo de bomberos, que empezó cuando tenía 21 años, le mantuvo en movimiento durante décadas.
«Estuve activo y salía corriendo cuando sonaba la alarma durante 40 años», explicó. «Luego, durante los 40 años siguientes, (continué) cuando me apetecía».
Dransfield nunca entrenó en un gimnasio y bromea sobre la gente que hace footing. «Me dice: ‘¿Hacia dónde corren?», comenta Lista.
En lugar de eso, hace recados por su cuenta y se mantiene en movimiento. El movimiento regular, como los paseos diarios o el ejercicio ligero, se asocia a una mayor esperanza de vida.
Socializa mucho
Uno de los secretos más universales de la longevidad es llevar una vida social activa, ya sea llamando a los amigos o entablando conversaciones con todo el que se cruce en el camino.
Aunque la esposa de Dransfield murió en 1992, él sigue manteniendo un contacto regular con su familia: un hijo, 3 nietos y 7 bisnietos. Sus nietos le visitan una vez a la semana y le llaman cada 2 días para ver cómo está.
También dice que sus muchos amigos del cuerpo de bomberos le ayudaron a seguir adelante, sobre todo después de perder a su mujer. «Todos los días iba al parque de bomberos de 3 a 5, y todos los viejos compañeros se sentaban allí y pasaban el rato«, describe Lista. «Era como su familia».
Dransfield atribuye su buena salud a sus estrechas relaciones. «Conocer a la gente y quererla me hace vivir más», afirma.
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