3 cosas de las que se arrepienten los supercentenarios, las personas más longevas del mundo
Dos investigadores de la longevidad que hablan con personas supercentenarias como parte de su trabajo diario han compartido los remordimientos más comunes que tienen las personas más ancianas del mundo.
Ben Meyers y Fabrizio Villatoro trabajan para LongeviQuest, una organización que verifica la edad de los supercentenarios —personas que viven hasta los 110 años o más— de todo el mundo. Meyers, director general de LongeviQuest, y Villatoro, presidente de investigación para América Latina, han preguntado a algunas de las personas más ancianas del mundo cuáles son sus consejos sobre longevidad y qué cosas desearían haber hecho de forma diferente.
Meyers comparte que la mayor parte de las personas centenarias con los que LongeviQuest ha hablado han tenido vidas muy duras, dado que muchas de ellas experimentaron grandes acontecimientos durante la década de 1900, como la guerra, la Gran Depresión y la descolonización. A pesar de ello, cuenta que en su mayoría tienen «remordimientos bastante humanos que la mayoría de la gente comparte».
Sin embargo, como Janet Gibbs, de 102 años, ha declarado anteriormente a Business Insider, se cree que una actitud mental positiva es clave para la longevidad. Los centenarios tienden a ser personas que tratan de no estresarse demasiado, como Meyers y Villatoro han explicado antes a este medio, y no dejan que los remordimientos les depriman.
No pasar más tiempo con la familia
Meyers afirma que no pasar más tiempo con la familia es un arrepentimiento «típico» de las personas centenarias.
Otras lamentan que las dificultades de la vida o los acontecimientos mundiales hayan interrumpido su estabilidad y su capacidad para tener más hijos, complementa Villatoro.
Trabajar demasiado
Villatoro declara que Juan Vicente Pérez Mora, de Venezuela, la persona validada como la de más edad, con 114 años, desea haber trabajado menos. Mora ha realizado duros trabajos físicos en la granja de su familia «de sol a sol» durante toda su vida laboral, desde que tenía 13 o 14 años. Villatoro cuenta que la familia de Mora ha hablado de su pesar por no haber podido probar una carrera diferente, que le habría permitido disfrutar de más tiempo con su familia.
No solo las personas centenarias desearían haber dado menos prioridad al trabajo cuando se acercan al final de sus vidas; Business Insider ha informado de que muchos pacientes de cuidados paliativos lamentan haberse centrado en el trabajo cuando podrían haber estado disfrutando de tiempo con sus familias.
No viajar más
Evangelista Luisa López creció en la provincia argentina de Santa Fe y se trasladó a Mar del Plata, a siete horas en coche, con su familia cuando tenía 82 años. Villatoro comparte que López hubiera deseado viajar más en su vida.
Karl Pillemer, profesor de gerontología en Weill Cornell Medicine y autor de 30 lecciones para amar: consejos de los estadounidenses más sabios sobre el amor, las relaciones y el matrimonio, escribió en 2016 para HuffPost que los estadounidenses mayores también lamentan no haber viajado más, especialmente cuando eran más jóvenes.
Una persona de 78 años con la que habló Pillemer declaró: «Si tienes que tomar una decisión entre remodelar tu cocina o hacer un viaje… bueno, yo digo que elijas el viaje».
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